CONFUNDEN A LA POBLACIÓN ALEJANDRO GALVÁN, EL PT Y MORENA

Por: MARIO LUNA


 Ante la serie de señalamientos de culpabilidad que están realizando el titiritero de la candidata a diputada federal por Morena, Alejandro Galván, quien junto con gente del Partido del Trabajo, alrededor de las 4 de la tarde detuvieron una camioneta marca Chevrolet submarca tornado color negro por el libramiento carretero con una carga de despensas y que culparon de manera inmediata y directa al presidente municipal de Tepic, Francisco Javier Castellón Fonseca de ser el dueño de estas despensas, solo se está reflejando una sola realidad, la desesperación ahogante que invade a Morena y al PT.
Lo que es cierto es que en efecto se detuvo a esa camioneta con despensas a la altura de la gasolinera que está frente a Valle Real, y que su chofer se identificó como chofer del regidor del PRD, Lucio Carrillo, eso es toda una realidad, la cual el propio regidor ya lo admitió que eran no de él sino de la organización civil que él preside.
Pese a que Alejandro Galván y sus secuaces, tienen plenamente identificado al chofer, y del mismo modo a su patrón así como conocen bien que esas despensas son parte de una organización civil que apoya a discapacitados, a madres solteras y sobre todo a los adultos mayores en situaciones precarias, esto no sirvió para despotricar contra el alcalde capitalino, quien ni es el responsable ni es el dueño de esas despensas, así como tampoco es parte de esa asociación civil, de ahí el deslinde que el alcalde capitalino como funcionarios de esta administración están haciendo.
Sin duda la desesperación de Alejandro Galván es total ya que su “futuro” depende de conseguirle e instalar en la chamba como diputada federal a su compañera sentimental.
Galván deberá de señalar con claridad y seguridad al dueño de esas despensas que es Lucio Carrillo como presidente de esa organización civil, pero no al alcalde, ello solo con la finalidad de denostarlo y hacer creer ante la opinión pública su injerencia en estas elecciones, indudablemente que las presiones, chantajes y los hechos denostativos contra la administración capitalina, siguen teniendo los tintes electoreros como siempre.